No quemes cráteres; yo te lamo cada herida, y te beso las cicatrices y te hago cosquillas. Dejémonos el juego de la luna, basta de hacer el ridículo. Yo puedo cantarte mucho hasta adormecer a tus demonios y abrazarte abrazarte abrazarte hasta que no tiemble más tu piel. Déjame enredarme, déjame nadar, deja deslizarme, deja caer. Deja llegar.

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