A veces extrañarte no es nada dulce,
es el chirrido que hace el espejo
cuando
con un cuchillo
intento sangrar su imagen,
la tuya.

Es la resistencia del plástico
de la bolsa de la media que te contienen
como un cuerpo amortajado
amordazado
envuelto,
y no cae el algodón no caen las tripas
no caen los miembros por más que intente rajar la membrana amorfa

Es, finalmente, el jugo
que chorrea cuando logro rajarla,
un jugo amargo que mientras chorrea
llora porque no ha salido de ningún cuerpo
porque no se sabe
y ya no puede evitar ser hombre
sentirse hombre
y sufrir el triste complejo de la mujer y el hombre.

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