Me condeno a la miseria, a lo intratable, a lo escurridizo y filoso. Un amor dadá un amor artaudiano un amor de mierda que se mate a sí mismo y en el entretanto me sigo despellejando sola en aceite hirviendo, me frío como cuando me enfrié en aguas negras rompiendo religiones con una compañía ilusa.
[yo estaba sola, yo te hablé como siempre. La física engaña, lo sé.
Soy tan imbécil como imbécil es decirlo. Como imbécil es comparar, como imbécil es no callarse y también hacerlo, como imbécil es buscar este color rojo petróleo pa' chorrear mi boca
mis uñas mi pelo
mis uñas mi pelo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario