eres peor que la palabra amor,
[justicia,
anarquía,
dios,
libertad]
mis lágrimas están cansadas de repetir el mismo trabajo que ya de tanta agua y tanta sal lo han borrado todo, secado todo. Queda una resignación olor a tristeza, olor a no sé, a nube gris en la raya del mar de coquimbo cuando son las siete de la tarde y el cielo está tímidamente rosado. Y yo he bajado a mirarlo, a presenciar la pérdida, la muerte, el cambio cuando en el más bello espectáculo se rinde al negro. Y he visto todo, los fantasmas, los colores, los dibujos, y he oído todo, los silencios, las risas, el llanto.
No sé quién está más muerto y si hay infierno y paraíso en ésto. Yo quiero disculparme por haberte matado así, por haberte refregado la piel a palabras y haberte dejado al sol para que todos te vieran y ya todos te han visto y estás sucio y desteñido.
Las disculpas son para mí, la verdad.
Las disculpas son para mí, la verdad.
A mi mundo lo maté con fuego, a ti con aire.
Ahora él está verde y tú permaneces lívido.
No tengo ganas de nuevamente sentarme a mirar cómo todos los días el sol se echa a morir, y por cada intento suyo juntar piedritas como días y pensar que entonces quizá la próxima vez regrese la luna a fundirse en tu piel blanca, vuelva a aparecer el dibujo como si el cielo estuviese arriba de nosotros. Ni siquiera sé si es blanca ni me cosquillea el averiguarlo.
No sé qué perdí, pero algo ya no lo tengo, como el niño y el anciano.
Quería que me vieras con el pelo largo, que me oyeras cantar, que respiraras conmigo mientras respiro en movimiento. Quería que la canción cobrara sentido, meterla en las bocas como un puñado de caracolas garritas, rocklets.
o mariposas
o peces
o flores. Quería darte mi sonrisa. Quería entregarte mi sonrisa como ofrenda, como disculpa, como mi más grande gesto de agradecimiento y perdón. Quería que mi sonrisa fuera a tu tristeza como la brisa al cansancio. ¿Quién se lo llevó todo? Dónde lo enterraron.
o mariposas
o peces
o flores. Quería darte mi sonrisa. Quería entregarte mi sonrisa como ofrenda, como disculpa, como mi más grande gesto de agradecimiento y perdón. Quería que mi sonrisa fuera a tu tristeza como la brisa al cansancio. ¿Quién se lo llevó todo? Dónde lo enterraron.
Ya se ennegreció el cielo. Y en el mar descansa el vacío que una noche tentamos. [Esta vez no lo atizaré con mi frío. Igual sigue la secreta vida como una serpiente corriendo en mi sangre bajo la piel. Es cerrar los ojos acaso, o tenerlos más abiertos que nunca. Quizá los de la espalda sobre todo se cansaron se durmieron se perdieron. Estás tan muerto, no queda nada. El cielo ya está negro y yo voy caminando.
No sé cuántas veces tendré que nacer.
No sé cuántas veces tendré que nacer.
Quiero morir por última vez o vivir pa' siempre en la eternidad esa del segundo perfecto y redondo.
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