toque de queda.

te pido que me cierres los ojos
y abras mi boca.

ven, en la oscuridad del silencio,
en el ruido fotográfico de este frío,
apróximate y
con tus dedos de luna menguante
sácame una palabra.

porque la expresión
más que nunca ha perdido su sentido
y muchos ojos me interrogan inquisodores:
[los puentes se han vuelto herejes
                                       mendigos
                                       demonios.

ábreme la boca, te digo.
mete tus dedos
y sácame una palabra
con la que pueda trepar
un hilo de saliva
todo lo oculto y machacado.

hazme parir la luz y el negro, por favor.
porque el ruido de cucarachas no cesa
y dentro lo va venciendo todo,
esta burocracia cerebral mía
de hallar primero
La razón.