Secreto n° 16: a veces, cuando era más chica, yo te leía y algo de lo que dejabas ver entre esas cosas que escribías me hacía sentir un poco de cosquillas, cierto estremecimiento entusiasta porque existieras y por poderte estar leyendo. me provocaba algo físico, quería tenerte cerca, tocar tu piel y tu aire.
Secreto n°9: no me di cuenta en ese momento, me percaté después al recordar detalles. pero fue una bonita sorpresa reconocer, con mi recuerdo, que eso que sentí a ratos cuando te miraba es muy similar a lo que sentí tantas veces cuando te leía.
Secreto n°15: siempre siento que miento aunque esté diciendo algo cierto, incluso aunque sólo escriba a nadie o a mí (por eso, cuando dijiste que todo lo que estaba en ese espacio tuyo era probablemente más sincero que cualquier otra cosa, te envidié por tener un lugar seguro para la verdad). como sea, siempre siento que miento. y miento si no admito que el nombre tiene sentido y que todas las canciones son una decisión (por distintas razones), especialmente la primera y su razón de ser primera por el mar.
Secreto n°22: sólo iban a ser tres secretos.
Secreto n° 2: que te he escrito varias veces desde hace harto tiempo, quizá no lo es tanto. es que en la misma época del secreto n°16 (y hasta hace poco), me sentía libre de inventar cualquier cosa; ahora ya no mucho. me inseguriza que se pueda entender o no entender algo y en realidad no es para que se entienda nada. a mí me gusta jugar no más. hacer bolita con mis dedos las pelusas, las migas, el grano de arroz...
Secreto n° 0: me gusta mucho esa imagen del cuerpo y que tenga de título el mismo nombre que se les da a las maderas acostaditas bajo los rieles.
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