Por más que busque, no encuentro otro deseo de liberación más que de mí misma. Liberarme de mí. No sé si es una pillería para escudarme en lo imposible de aquello o qué.

Me gustaría que la objetividad existiera solo para poder mirarme. Saber cómo soy y quién soy más allá de mis ojos y los ojos ajenos. Saberme por fin, entonces saber qué hacer conmigo.

Pero esta autopercepción de la que sólo puedo desconfiar y esa percepción del resto que solo me puede hacer sentir vergüenza, culpa, lástima, son lo único que tengo para construirme y destruirme.

¿Dónde está el sol, que mi sombra es tan larga? Y por qué mi sombra es lo único que puedo ver de mí. Debería quizás buscar ese sol para mirarlo a los ojos hasta enceguecerme. No, ya no no quiero usar esa palabra que está a un paso de mi nervio óptico maltrecho.

Cruzo los dedos para que el sol esté en los cerros, amaneciendo y pronto pueda ver un día claro.

No hay comentarios.: