Todos los jueves me pongo tonta y siento que me va a salir la voz más rara de mi repertorio cuando te diga Hola, una palabra cortísima que no da tiempo siquiera de que en el camino del sonido viajando por el aire se arregle la carga. Me dan ganas de tener más horas en el colegio, ir más días a la semana para que verte se vuelva cotidiano y normal, tener que poner en práctica diariamente saludarte hasta que hacerlo no suponga ningún esfuerzo social. Creo que se está notando mi reticencia absurda y está pasando a sentirse como grosería, no sé tampoco por qué me obstino a jugar a quién reclama primero el saludo. Tienes algo que me recuerda a mis amigos de adolescencia que me daban risa pero me caían mal. Y siento que se podría conversar mucho contigo. Me dan ganas de usar los almuerzos para hablar de nuestros gustos. Me gustaría hacernos amigxs para que me acercaras en tu auto hasta guanaqueros y así acortar mi trayecto en bus o para que me avisaras cuando andas por coquimbo y así saliéramos a correr o caminar. Me gusta que te gusten las películas y que te gusten los ejercicios corporales. Sería entretenido escuchar por qué decidiste ser profesor de educación física y, si yo me sintiera cómoda siendo profe de danza, sería lindo conversar sobre las similitudes y diferencias entre las dos clases. Pero no me siento cómoda, quizá por eso todo esto y todo lo demás, mirarte de lejos y pensar ¿me verá tan pusilánime como me siento? ¿notará que estoy así de perdida?

No hay comentarios.: