Una voz quiere decir que le da vergüenza tanta dedicación y empecinamiento. Que esto no es signo de la rigurosidad o el profesionalismo, sino más bien de la obstinación para aceptar mi lentitud y lo poco que cunden mis intentos de esfuerzo. Que por qué me exijo tanto si termino dando tan poco.
Pero yo le pido que por favor no lo haga, que me deje cerrar los ojos para no mirar tanto el tiempo ni los resultados. Que por favor me deje. Que me deje flotando en algo parecido a la confianza y la satisfacción, quizás la gratitud. Por último, la ignorancia o la conformidad aunque sea.
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