Acciones, Actuación II

Abro la puerta, cierro las ventanas, agacho la cabeza, me quito los zapatos y me suelto el pelo. Recorro el cuarto con la mirada, camino hacia la tina, abro la llave y me desnudo. Veo cómo corre el agua, la oigo, la toco, compruebo la temperatura, me dirijo al calefón y la corrijo, vuelvo a la tina y me meto. Me quedo quieta. Me cae el agua, dejo que caiga, no hago nada, me quedo así, me gusta dejar que se escurra por la piel y malgastarla, quiero no preocuparme por nada ni siquiera por la sequía y los árboles y los peces. Recuerdo cuando era niña y en momentos como éstos me aprovechaba de mi tristeza para matar arañas, sólo con pena no me acechaba la culpa y podía ser mala y matar arañas. Sigo matando el agua y se me mete por los ojos. Pestañeo mucho. Siento los ojos por dentro como papel arrugado y pestañeo más, más y más. Me toco el pelo, me enjugo el rostro, me aburrí. Busco la esponja, la estrujo y la mojo con agua para que se abrigue, tomo el jabón, y lo refriego en la esponja para sacar espuma. Me paso la esponja bien fuerte por las piernas; fue mucho, me duele, empiezo a hacerlo más suave, sigo con el vientre, el pecho, la espalda, los brazos; la suelto. Tomo la botella de champú, lo zarandeo mucho para sacar lo más que pueda de lo poco que queda de su contenido dentro, deposito en mi mano lo último que pude sacar y me pongo un poco en la coronilla, detrás de las orejas, y en la nuca. Hago suavemente círculos con las yemas de los dedos. Me canso de intentar lavarme el pelo correctamente y me paso con fuerza las manos por toda la cabeza, hasta que mis dedos terminan enredándose con tanta espuma. Hecho la cabeza hacia atrás, dejo que el agua se lleve todo, me volteo, y me queman las gotas que se resbalan por mi cara. Busco el acondicionador, pongo una abundante porción en mi mano sin tanto esfuerzo como con el champú, y cuando voy a pasármelo por las puntas, veo que el aire está blanco, y me imagino que ya no queda tanto oxígeno y que el vapor se ha robado casi todo el espacio porque me cuesta respirar y siento mucho calor. Pienso que se me fue la mano con la temperatura del agua, me paso rápido el acondicionador por el pelo, pongo la cabeza bajo el chorro, me refriego rápido el pelo con las manos y cierro la llave. Me pongo una toalla en la cabeza, con otra me abrigo, tomo toda mi ropa y salgo rápido a mi pieza. Me seco. Dejo en el suelo la toalla, tomo la polera, pienso que es una lata vestirse, la boto, me descubro el pelo. Abro las tapas de la cama, me meto, estiro el brazo, saco un libro. Me pongo a leer.

21 de agosto.
Secuencia de acciones. Actuación II.

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