Tendría gracia seguir cierta superstición con respecto a los sueños. Dormirse abatide y soñar algo que te abruma podría significar que eso dejará de atormentarte, en el caso de que recuerdes tu sueño y comprendas su mensaje. Esto, debido a que tus pensamientos te han hecho un espectáculo de títeres mientras estabas durmiendo. Ellos fueron la tela de los vestuarios, fueron la escenografía y la utilería ¿cómo podrían, entonces, volver a ser ideas volátiles e indomables después de eso? Se cuajaron, se cortaron, se manipularon y se deformaron. Ya no sirven para correr como viento por la superficie de tu mente, haciendo sonar durante el día todas tus maderas y tus calaminas. No, están al fondo, muy al fondo. Ahora son cachureo y se van a botar en cualquier momento. 

                                    Pero esa es otra forma más en que la vida no funciona. Algo puede ser pensamiento y cosa. Algo puede estar en el fondo y también en la superficie. Las emociones no se encapsulan en la lágrima que produjeron y que ahora se resbala para huir del cuerpo. Los sentimientos no se van del pecho cuando deciden salir a pasear por la palabra, por la voz, por las manos o por la boca. Y lo que sueño dormida no marca una diferencia cuando estoy despierta.

Aunque a veces pareciera que sí.

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