M.

Un día escribí aquí que cuando paso por quebrada verde me acuerdo de ti. No me acuerdo de ti solo cuando paso por quebrada verde. Ahora no estoy allá pero te estoy pensando. No sé qué me hace pensar en ti, pero cuando te pienso, me gusta que existas y deseo que estés bien. Te conocí y no pasó nada, ni siquiera me di cuenta que te estaba conociendo. Te ví mirarme y lo agradecí. Creo que te diste cuenta de mí mucho antes; yo empecé a sentir que estaba cerca tuyo casi cuando me fui. No alcancé a esperarte, ni a mirar de reojo, ni a sonreír por nada. Sólo alcancé a cantar deseando que escucharas. Creo que me acuerdo de ti mucho más que tú de mí. Yo creo que ya no existo, pero, para mí, en quilpué vive una de las personas más dulces y sencillas. La última vez que te vi fue hace demasiado tiempo, después sólo pedía que estuvieras bien entre lacrimógenas, balines, virus y tantas mierdas. No supiste que la última vez que te vi me bajé de la micro varios paraderos antes sólo porque te divisé por la ventana. Quería pisar el mismo suelo que tú y que me vieras. Es que adoré esa otra vez que me reconociste desde la esquina, entre tantos autos y gente. Tampoco sabes que ese abrazo que me diste la última vez que te vi, volvió tu recuerdo imperecedero. Y todavía me pregunto cómo será que abrazas a las personas que quieres, si así abrazas a lxs casi desconocidxs.

No hay comentarios.: