Te ves distinto, como más ordenadito, pero no cambiaste tanto. Dijiste que en estas cosas aparecían lxs rarxs y me reí. Me acordé cuando escribiste que toda gente bonita debe morir y después tuviste que admitir a la fuerza que yo era bonita. Me sorprendió que quisieras hablar pero parece que siempre has sido sociable y yo siempre me he sorprendido. Lo que decías no lo alcancé a escuchar, pero no sé por qué eso me causó tanto agrado. Me hubiera quedado mucho rato viéndote hablar sin escucharte. Te veías guapo con tu voz perdida, camuflada entre los otros ruidos. Qué sé yo por qué me gustó que se perdiera tu voz.
En fin, me quedé sin recordar cómo suenas.
En fin, me quedé sin recordar cómo suenas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario