Anoche no me quería dormir y, quedando exactamente una semana para otra vez cumplir años, me puse a leer cartas funerarias que me escribieron el año pasado en el contexto de un proceso creativo. Me dio risa comenzar la víspera de auto-año nuevo volviendo al ejercicio de imaginarme muerta.

Ayer en el auto todxs pensábamos un poco en la muerte. Yo, mientras tanto, miraba nubes y sentía pena de nunca poder conocer con mi cuerpo cuál es la verdadera distancia entre una y otra. Se ven cordoncitos esponjosos tan lindos en el cielo pero esa distancia saltable es completamente ilusoria, igual que todo, que todo, que todo. Pero mi cuerpo, ¿qué sería mi cuerpo en ese espacio entre nube y nube?

No hay comentarios.: