No sé acercarme a lxs niños ni a lxs animales ni a ninguna cosa con huesos que respire. No entiendo si me puedes ver, no entiendo qué ves si es que puedes ver, pero a veces te sentí mirarme. ¿Me mirabas?
No sé acercarme a lxs niños ni a lxs animales ni a ninguna cosa con huesos que respire, pero fue exquisito que notaras todo lo que quise hacer notar: mis descripciones porque te tenía presente y me exasperaba en pensar que no te estábamos invitando a la fiesta.
Hablar como si no estuviera hablando para ti, pero confiar en que tomabas los trazos que marcaba con las palabras para que tú también pudieras participar. Escuchar tus frases bajitas entre la gente agradeciendo o resaltando acciones mías, como vientecito suave a pesar del ruido del mar. Y que me escucharas sin que me esforzara en ser escuchada. Hablar así, casi en silencio, casi diciendo que se queden en el aire las palabras que quieran y ya.
¿Y ese ruidito de Caterpillar? lo hacías igual. ¿Rebuscada yo por tararear esa canción o rebuscado tú por reconocerla (y decirle rebuscada)? Ahora esa canción tiene otro significado.
Quiero ser tu amiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario