Creo que antes no me importaba quién eras y cómo fueras a recibir lo que tuviera en la boca, en los pasos, en las manos. Ahora no puedo darte nada de mí porque está el resquemor, siempre el resquemor. Extraño algo y siento una impaciencia. No sé qué espero: que cambies y vuelvas a ser confiable o que se termine esta expectativa de mi parte y me deje de importar lo que lanzo al aire y quizás recojas tú. 

No hay comentarios.: