mi corazón no ha parido ningún amor.
y todas las noches el triste musculito menstrúa
si en el día no se entregó.
y cuando
una palabra
una sonrisa
una mirada
una caricia
lo fecunda y se hincha,
no sé qué sus paredes raja,
y mientras cae
la sangre abriéndose camino
por entre mis costillas,
otra vez digo
vivo de abortos, mi corazón no parirá ningún amor.
[entren los signos interrogativos, por favor, para derribar esta cárcel.
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