Siento asco
de todo el asco que siento por
el amor, el arte
el misticismo patético del amor,
el patriotismo inepto del arte
Siento asco de mi rabia
por toda la fe de los artistas
por todo el amor de los artistas,
artistas, qué vergüenza de palabra
[pensar cosas así me da asco.
Que me cueste más decir arte que decir Dios
que me desilusionen más ellos que las historias de la biblia...
agh, profundo asco.
Qué hereje qué burgués qué amargada qué mierda,
Qué tiene Beckett que no tenga tu compañero.
Que tiene Kar-Wai que no tenga ella,
Qué tiene Brassens que no tenga él, ah,
qué.
Qué, qué me pasa, por qué.
Por qué esta náusea, esta poca pasión.
Por qué, qué levadura, qué qué, q
qué hechó a germinar tanta sensación
de ofensa, de humillación, de rabia.
Por dentro se gesta una terrible sensación de algo.
De abajo. Muy de abajo.Con una fuerza muy de abajo,
siento cómo garras y dientes surgen
rompiendo las entrañas cual encías.
Y yo me veo ahí,
frente a la insulsa tela del frente
y siento en mi frente el deber de la traición.
Tendré que rasgarlo todo,
tendré que quemarlo todo,
tendré que rechazarlo todo
hasta abrirme paso, hasta...
agh, me dio asco.
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