[la alegría, los besos, la compañía,
la música los ojos las caricias
alguna lágrima el tiempo los días
la paciencia los paisajes, un poco la vida-
yo siento cómo allá lejos,
en el ombligo de la luna.
se va horadando tierna y pausadamente
la tierra de tus espacios,
incluso tu piel.
El mundo respira y mientras tiemblo
sé que allá en su ombligo
la tierra está latiendo,
se está abriendo,
me está esperando, me está queriendo.
En fin, la tristeza urde el camino,
eso siempre lo hemos sabido.
Llegado el crepúsculo de las cosas,
no tendré nada más que dejarme caer;
he de despertar en tu piel.
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