Dime por qué te negabas al fin de mis brazos,
si te negaste.
Yo quise buscarte los ojos pero terminé el encuentro,
seguí el curso de mis brazos acabados.
Y esa mariposa que ayer dividió con su vuelo el aire que nos separaba,
elevándose a lo celeste del cielo: ¿nos estaría bendiciendo?
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